What is Grief?
Grief is the deep anguish and discomfort we experience when we have a significant loss in our lives. From the mystical point of view, it is when someone, something or someplace disappears from our human sight and existence.
When we lose someone by death, by distance, by discord, or by health, we may have a feeling of human abandonment. Losing a child is devastating because we come to this world programmed to suppose that we transition from here to eternity before our offspring. The reality is that there are no rules regarding these matters. People leave this planet when they have accomplished their purposes or when they become lost in the effort of remembering them. The parents that are left behind may want to remember their own purposes, which includes their devotion to the child who departed and the joy the child and the parent experienced by being together in human form. If the parents remember their purpose with humility and acceptance, they can deal with the pain by bringing drops of honey to the memories of the child who departed.
If one loses a spouse through death, the sweet memories of companionship, abnegation, unity, and loyalty, might be the ingredients to the road of acceptance. How lucky they were to find the perfect mate. Many people go through life looking, searching, waiting, and hoping to find the ideal partner, and never finding them. But the lucky one who experiences such a blessing of having the joy and happiness that are planted in the center of the beautiful heart. The sweet memories of those times. These memories will give the person the hope that all happens for a reason.
When a child or adult loses a parent by death, the sweet thought is that the parent lived her/his purpose, and the biggest purpose is the creation of the child. Parents remain at the core of the child’s physical and spiritual life. The parent is engraved in the child’s DNA, and in the core of
his/her spiritual being, rooted in the sacredness of the heart.
When a divorce occurs, it is healing to think that each one of the two has new mornings, new beginnings, new hopes because relationships may survive. But if they do not, it is better to break apart because without the Golden Rule, no relationship can survive. We are programmed to heal from broken relationships. Give it time, and the blessed morning will arrive bringing the feeling of inner freedom.
When there are severe losses of physical objects, it is useful to remind oneself; if one has life, one has everything. Material things come and go. Create your own mantra, for instance, “this too shall pass.”
When we have to move or the one we love must depart, remember, distance today is relative. We can be with the ones we love through a phone call and other methods of today’s communication.
The bottom line here is that if we discover our Spiritual Part from within, we can better heal the sorrows created by grief.
Sanando Las Penas Con Mistisismo
¿Qué es un duelo?
El duelo es la profunda angustia e inquietud que experimentamos cuando tenemos una pérdida significativa en nuestras vidas. Desde el punto de vista místico, es cuando alguien, algo o algún lugar desaparece de nuestra visión y existencia humana.
Cuando perdemos a alguien por la muerte, por la distancia, por la discordia o por la salud, podemos tener un sentimiento de abandono humano. Perder a un hijo es devastador porque venimos a este mundo programados para suponer que hacemos la transición de aquí a la eternidad antes que nuestra descendencia. La realidad es que no hay reglas al respecto. Las personas abandonan este planeta cuando han cumplido sus propósitos o cuando se pierden en el proceso de recordarlos.
Los padres se quedan en suspenso buscando un porque, una razón válida que pueda justificar la pérdida del hijo. La desesperación va bañada con la devoción hacia el hijo que se fue para no volver. y la alegría que los padres experimentaron al estar juntos en forma humana. Si los padres recuerdan su propósito con humildad y aceptación, pueden lidiar con el dolor llevando gotas de miel con los recuerdos del niño que se fue.
Si se pierde a su cónyuge por muerte, los dulces recuerdos de compañerismo, abnegación, unidad y lealtad pueden ser los ingredientes del camino de la aceptación. Qué suerte tuvieron al encontrar a la pareja perfecta. Muchas personas van por la vida buscando, esperando y soñando encontrar a la pareja ideal, y nunca la encuentran. Pero el afortunado que experimenta tal bendición de tener la alegría y la felicidad que están sembradas en el centro del hermoso corazón que amo y gozo un conyugue da el alivio que el amor se realizó. Los dulces recuerdos de aquellos tiempos fomentan la curación y la esperanza que llegara el día de una unión permanente. Estos recuerdos te darán la esperanza de que todo sucede por una razón.
Cuando un niño o un adulto pierde a uno de sus padres por muerte, el dulce pensamiento es que el padre vivió su propósito, y el propósito más grande es la creación del niño. Los padres siguen estando en el centro de la vida física y espiritual del hijo. El padre está grabado en el ADN de su legado. El núcleo de la espiritualidad del padre o madre permanecerá enraizado en el corazón de los hijos que se quedan en este plano.
Cuando se produce un divorcio, es un aliciente pensar que cada uno de los dos esposos tendrán nuevos mañanas, nuevos comienzos, nuevas esperanzas porque el proposito de convivencia se llevó a cabo, y por razones impredecibles, la unión llego a su fin. El tiempo es el mejor aliciente, y con su correr, todas las heridas se sanan. Llegará un mañana para la persona herida por el divorcio en que la persona vea el mundo como la oportunidad de empezar de nuevo.
Cuando hay pérdidas severas de objetos físicos, es útil recordarse a sí mismo que si uno tiene el regalo de la vida, lo tiene todo. Las cosas materiales van y vienen. Crea tu propio mantra, por ejemplo, “esto también pasará”.
Cuando tengamos que mudarnos o la persona que amamos deba partir, recuerden, la distancia hoy es relativa. Podemos estar con aquellos que amamos a través de una llamada telefónica y otros métodos de comunicación de hoy en día.
La conclusión aquí es que, si descubrimos nuestra Parte Espiritual desde adentro, podemos sanar mejor las penas creadas por el dolor de un duelo.