Espanol

There is a fine line between what is real and what is not. Human beings can situate ourselves in the here and in the now, being in contact with palpable reality; then again, humans have the gift to dream, imagine, wish, and live in our own individual universe. It is in this intangible place we experience all kinds of sensations and emotions. But overall, we can recognize and identify the many personality parts we have within. These personality parts represent our feelings, emotions, biases, and acceptances. We are specifically in the inner psyche world we have created since we began to exist.

     At the same time, as we create this unique universe that is greatly influenced by what we experience, we can mold it into what benefits us. Suppose the sensation is made by a physical or emotional event, like a strike of life. In that case, it automatically becomes a disturbing pain. The person’s inner world will declare that we are in danger. Therefore, the individual’s psyche demands help. All these voices alert a person to act.

     When people have gained wisdom through living, we allow the strong personality part from within to act and look for divine interventions. At this point, individuals surrender to the Light from within, and the answers become clear to the human mind. It could be that we overcome the fall on our own. Calling a relative, a friend or seeking medical or mental health support may be wiser. The answer will come to people loud and clear because we will know what to do without fearing the worst.

     When people reach this level of wisdom, life becomes more accessible. It is a Tranquil state of mind encapsulated in reasoning and self-control. The pain and suffering are controlled by the magic created by the executive personality part that we have within. Individuals declare that all that happens to humans, good and bad, are part of human responses to unpredictable adverse events. However, when we give us permission to allow the Strong Part to take control, the message becomes part of our current reality, and we embrace the shiny light projected by the Strong Part from within.

     People are constantly learning to identify this Divine Gift and are accepting the intangible gifts that have been dormant for a long time. It is okay to feel that Divinity exists from within. It is also all right to accept that part from within that has the strength and wisdom to live happily while we are on earth, to take that knowledge and wisdom to the forever plane, where we go when we depart from this world.

    Human knowledge is refined when people leave for the eternal plane where we go to rest. The personality part departs with us to our eternal home. However, there is always room to grow, and this spiritual part that follows people from life to life rejuvenates and strengthens them to face challenges that will be presented in our future life.

Mi Parte Fuerte

     Hay una línea frágil entre lo que es real y lo que no lo es. Nos podemos situar en el aquí y en el ahora, estando en contacto con la realidad palpable; Por otra parte, los seres humanos tenemos el don de soñar, imaginar, desear y vivir en nuestro propio universo individual. Es en este sitio intangible donde experimentamos todo tipo de sensaciones y emociones. Pero en general, podemos reconocer e identificar las muchas partes de la personalidad que tenemos dentro. Estas partes representan nuestros sentimientos, emociones, prejuicios y aceptaciones. Estamos específicamente en el mundo psique interno que hemos creado desde que comenzamos a existir.

     Al mismo tiempo, a medida que creamos este universo único que está muy influenciado por lo que experimentamos, podemos moldearlo en lo que nos beneficie. Supongamos que la sensación es producida por un evento físico o emocional, como un golpe de vida. En este caso, automáticamente se convierte en un dolor perturbador. El mundo interior de la persona declarará que estamos en peligro. Por lo tanto, la psique del individuo exige ayuda. Todas estas voces alertan a una persona para que actúe.

     Cuando las personas han adquirido sabiduría a través de la vida, permitimos que la fuerte parte de la personalidad desde adentro actúe y busque intervenciones divinas. En este punto, los individuos se rinden a la Luz de adentro, y las respuestas se vuelven claras para la mente humana. Podría ser que superemos la caída por nuestra cuenta sin ninguna ayuda, o que llamemos a un familiar, un amigo o busquemos apoyo médico o psicológico. Pero la sanación definitiva ya está establecida en la parte fuete que llevamos por dentro.

     Cuando la persona descubre su parte de fortaleza que lleva en sí, la vida se vuelve más llevadera. Es un estado mental tranquilo encapsulado en el razonamiento y el autocontrol. El dolor y el sufrimiento están controlados por la magia creada por la parte ejecutiva de la personalidad que está constantemente lista para apoyarnos.

     Todo lo que les sucede a los humanos, ya sea bueno o malo, es parte de las respuestas humanas a eventos adversos impredecibles. Sin embargo, cuando nos damos permiso y permitimos que la Parte Fuerte tome el control, el mensaje se convierte en parte de nuestra realidad actual, y abrazamos la luz brillante que produce sabiduría.  

     Las personas están constantemente aprendiendo a identificar este Don Divino y están aceptando los dones intangibles que han estado dormidos durante mucho tiempo. Está bien sentir que la Divinidad existe desde adentro. También está bien aceptar esa parte de adentro que tiene la fortaleza y el brillo que construye una vida terrenal feliz, que alumbra el conocimiento de percibir la existencia de un plano eterno y acogedor. Hacia allá nos dirigimos cuando nos llegue la hora de partir de este mundo.  

    El conocimiento humano se refina cuando las personas se acercan hacia el plano eterno donde nosotros vamos a descansar. La Parte Fuerte de la personalidad nos sigue cuando nos encaminamos a nuestro hogar eterno. Alla, en ese espacio continúa creciendo,  se rejuvenece y se prepara para la siguiente vida designada para los retos de la próxima vida.